El 22 de julio de 2025, después de tres años de inactividad, la firma de Elon Musk transfirió 1,308 BTC, es decir, 153 millones de dólares, a una dirección recién activada. Una transacción inesperada, sin explicación oficial, que desencadena interrogantes y especulaciones. Detrás de este gesto aparentemente técnico se dibujan cuestiones mucho más importantes, en la intersección de tensiones financieras, estrategia industrial y política contractual estadounidense.